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Una operación paramilitar en Venezuela concebida para derrocar a Nicolás Maduro del poder rápidamente llegó a su fin a principios de mayo. Detrás de la operación: el antiguo militar Jordan Goudreau y su compañía privada Silvercorp USA. La Administración Trump y el opositor Juan Guaidó niegan toda relación con esta riesgosa expedición. A los ojos de los venezolanos y muchos extranjeros esta operación desnudó las intenciones oscuras y la maldad detrás de los ataquees económicos y amenazas militares contra Venezuela.
Nombre en clave: “Operación Gideon”. Objetivo: invadir Venezuela por mar para sacar “al dictador Maduro” del poder.
Esta operación paramilitar organizada por un antiguo integrante las “Boinas Verdes” del Ejército estadounidense terminó siendo un desastre el pasado 3 de mayo. A tal punto que el dirigente chavista la llama la “Invasión de bahía de cochinos venezolana”, refiriéndose a la operación fallida organizada por exiliados cubanos y la CIA en 1961 para derrocar a Fidel Castro.
Detrás de la operación está Jordan Goudreau y su compañía de seguridad privada, Silvercorp USA. El Gobierno venezolano lo acusa de haber firmado un contrato de 212 millones de dólares con el jefe de la oposición, Juan Guaidó, para organizar la “invasión” del país sudamericano y derrocar a Nicolás Maduro, en el poder desde 2013 y cuya reelección en 2018 es cuestionada.
Silvercorp USA: de la protección de los colegios a la de Trump
La aventura militar de Jordan Goudreau empieza en los años 1990, en Canadá, su país natal. Luego se integra al Ejército estadounidense de 2001 a 2016, y participa en operaciones en Irak y Afganistán, según elementos biográficos proveídos a la AFP por el Pentágono. Recibió tres veces la Bronze star, la cuarta distinción más alta por valentía, heroísmo y mérito.
Tras sus dos carreras militares, funda en marzo de 2018 su compañía de seguridad privada: Silvercorp USA. Los primeros servicios que trata de ofrecer la nueva empresa están relacionados con los tiroteos masivos en los colegios. Unas semanas antes, la masacre de Parkland estuvo en los titulares. 17 personas fallecieron y otras 17 quedaron heridas.
En las primeras publicaciones en la cuenta de Instagram de su compañía, Jordan Goudreau propone entrenamientos para las fuerzas del orden y para los profesores con el objetivo de que puedan neutralizar a los atacantes. Según informaciones de la página de investigación 'Belling Cat', Silvercorp USA también se habría encargado de la seguridad durante las reuniones del presidente estadounidense Donald Trump.
Jordan Goudreau y Venezuela
La agencia de prensa AP, que fue la primera en revelar esta tentativa de derrocamiento contra Nicolás Maduro, sitúa el interés de Jordan Goudreau por Venezuela en febrero de 2019.
En ese momento, su compañía es contratada para encargarse de la seguridad durante el concierto en apoyo a Juan Guaidó, Venezuela Aid Live, organizado por el multimillonario británico Richard Branson en la frontera entre Venezuela y Colombia. En esa época, Goudreau incluso lo presume en Instagram: “Estamos controlando el caos en la frontera de Venezuela mientras un dictador nos observa con temor”.
El antiguo miembro de las “Boinas Verdes” entra entonces en contacto con Cliver Alcalá, un antiguo general chavista que se volvió contra el régimen y vive exiliado en Colombia. Según el 'Washington Post', el círculo cercano de Juan Guaidó se acerca a ambos hombres e incluso firma un contrato con Silvercorp. El contacto de Jordan Goudreau es en ese momento Juan José Rendón, de 56 años, consejero político y colaborador de Guaidó, radicado en Miami.
En una entrevista para la cadena 'CNN', Juan José Rendón reconoció haber firmado un contrato con Silvercorp USA. Según él, el documento era de “carácter exploratorio” para estudiar “la captura y el traslado” de Nicolás Maduro y de otros responsables venezolanos investigados por las autoridades estadounidenses. Juan José Rendón asegura que no se le dio luz verde a Goudreau para poner en marcha la operación.
La relación entre ambas partes se debilitaría. El lado de Guaidó desconfía sobre todo de la implicación del general Alcalá, que tiene un pasado sospechoso (es acusado en particular de haber participado en el tráfico de droga).
El dinero también es motivo de discordia: mientras que Jordan Goudreau estima que el costo del golpe de Estado será de 1,5 millones de dólares, la oposición no hace entrega de las sumas deseadas. Pero eso no es suficiente para desanimar al agente encubierto, que lleva a varios hombres -principalmente desertores venezolanos- a tres campos de Colombia bajo condiciones insalubres.
En una entrevista con Patricia Poleo, la periodista venezolana en exilio en Miami, Jordan Goudreau indica que él puso en marcha la operación porque es un “defensor de la libertad”, incluso aunque las sumas prometidas “no le hayan sido pagadas”.
A finales de marzo, la asociación Goudreau-Alcalá llegó brutalmente a su fin a causa del arresto de Alcalá por “narcoterrorismo”. Mientras se jactaba de estar preparando una operación militar contra Nicolás Maduro con la ayuda de Estados Unidos, un jet alquilado por la DEA (la agencia antidrogas estadounidense) aterrizó en una Colombia en pleno confinamiento para llevarse al general Alcalá a Estados Unidos para juzgarlo.
Una operación que se volvió pública antes de su ejecución
La tentativa de invasión se vuelve rocambolesca cuando, el 1 de mayo, la agencia de prensa AP publica una investigación sobre la “tentativa fallida por derrocar a Maduro, liderada por un antiguo miembro de las Boinas Verdes”, describiendo minuciosamente el proyecto de Jordan Goudreau.
En la noche del 1 de mayo, lejos de renunciar a la “operación Gideon”, Jordan Goudreau da luz verde. Dos días después, dos embarcaciones son interceptadas en Macuto por las fuerzas de Nicolás Maduro, a menos de una hora de camino de la capital, Caracas. Hay fuego cruzado. Fallecen ocho insurgentes. Dos estadounidenses son capturados. Luke Denman, de 34 años, y Airan Berry, de 41 años, son acusados de “terrorismo, conspiración, tráfico de armas de guerra y asociación” criminal, acusaciones que pueden costarles hasta 30 años de cárcel si son reconocidos como culpables.
Juan Guaidó y Donald Trump niegan toda relación
Para el régimen venezolano la situación es clara: Nicolás Maduro considera que el presidente estadounidense Donald Trump “lideró la operación” y ve a Juan Guaidó como su cómplice.
En una entrevista con 'Fox News', el presidente estadounidense negó estas acusaciones. Burlándose de una operación “que visiblemente no estuvo dirigida por el general George Washington”, declaró: “No era un buen ataque. Creo que los atraparon incluso antes de haber pisado tierra firme. En caso de hacer algo con Venezuela, no lo haríamos de esa manera”, explicó. Unos meses antes, había afirmado que todas las cartas estaban sobre la mesa en cuanto a la situación con Venezuela.
Un poco antes, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo también afirmó que “no hubo ninguna implicación directa del gobierno estadounidense en esta operación”, prometiendo a la vez que haría todo lo posible por repatriar a Luke Denman y a Airan Berry, por su condición de ciudadanos.
El lado de Guaidó también niega que el autoproclamado presidente haya tenido conocimiento de este complot contra Maduro. Su exconsejero político Juan José Rendón afirma haber firmado el contrato sin que el opositor estuviera al tanto.
Venezuela ha declarado su intención de emitir una orden de arresto internacional contra Guaidó al igual que contra Jordan Goudreau.
“La externalización de la política de defensa de los Estados Unidos, en particular en Colombia, es un fenómeno creciente en las últimas décadas, en particular en la lucha contra el tráfico de drogas” le explica Adam Isacson, experto en seguridad del think tank Washington for Latin American Affairs (WOLA), a la BBC. “En América Latina, este tipo de operaciones por lo general se utilizan para obtener información, pero en lugares como Irak o África hemos visto operaciones militares similares a lo que Goudreau trató de realizar”.
Nicolás Maduro acusa de manera regular a Juan Guaidó de estar involucrado en “complots” contra el Gobierno venezolano, con ayuda de Colombia y Estados Unidos. Paradójicamente, mientras esta operación encubierta trataba de derrocarlo, el presidente venezolano sale fortalecido de este episodio que lleva agua a su molino y deja muy mal parados a Guaidó, EEUU, Colombia y otros actores que pretenden derrocarlo e incluso han intentado asesinarlo con drones.
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