Quienes han
internalizado y abordado el discurso como el resultado de la acción
social, saben de la relevancia y el impacto de cada palabra emitida por
los voceros del imperialismo y sus socios nacionales y regionales. Las
cuales, además de evidenciar toda las responsabilidad en la actual
crisis económica y financiera de Venezuela, producto del bloqueo, dejan
en evidencia el poderío del chavismo como movimiento de masas; y la nula
ascendencia de la derecha en el imaginario colectivo.
Latinoamérica: escenario en disputa
Mientras Venezuela siga en pie, queda abierta la posibilidad de renacimiento del movimiento revolucionario de la región.
Por eso, no
sorprende que esta nación sea el tema principal de la agenda y el
discurso de Trump de cara a las elecciones presidenciales de EE.UU.;
como tampoco resulta sorprendente la visita al Comando Sur en el estado
de Florida y la reciente amenaza de la armada estadounidense.
Lo que sí
resulta impactante, es que la nueva embestida de la doctrina Monroe,
tras más de 10 años de “receso”, se presente de manera burda, predecible
y arcaica; dándole una segunda oportunidad a los pueblos (que le votaron a las derechas) der rendirse, luego de conocer al monstruo desde adentro.
¿Democracia? Depende
En Ecuador y
Bolivia se instauran regímenes que cercenan la participación de
partidos y movimientos de oposición; persiguen y encarcelan a políticos
sin pruebas. Colombia asesina a líderes sociales y con ellos la
posibilidad de un acuerdo de paz. Chile dilata la constituyente mientras
el pueblo agoniza, pero el problema es Venezuela.
¿Cómo es posible que Maduro no renuncie o se deje tumbar y que de paso, quiera ir a elecciones constitucionales en 2020? Es la pregunta que retumba en la derecha.
Pero luego
de ver a un Hugo Chávez que enfrentó un revocatorio en el momento de
mayor efervescencia de sus oponentes y ganó una enmienda luego de una
derrota política de una reforma constitucional. Nicolás Maduro perdió la
asamblea nacional, convocó una constituyente en medio de una ola de
violencia, ganó los comicios regionales y municipales contra todos los
pronósticos pesimistas de los medios y fue reelecto para su segundo
período.
La pregunta correcta sería ¿Qué le hizo pensar a la dirigencia opositora que el chavismo cedería en este momento?
“La lengua es castigo del cuerpo”
En
definitiva, la retórica del discurso que señala como “Dictador” a
Nicolás Maduro, demuestra la incapacidad de la derecha de comprender el
significado de la construcción de hegemonía y la ireversibilidad de
los cambios políticos y sociales promovidos por el chavismo. Ejercicio
de anulación del otro, que difícilmente los lleve a convencer a las
mayorías necesarias para llegar al poder por vías democráticas; a lo
cual se han negado rotundamente.
0 Comentarios